El juego de "Sentirse Bien, Sentirse Mal" (Técnica Psicoterapeutica)
ü Lograr el apego. Ver a su figura
paterna como alguien confiable y seguro.
ü Comunicación afectiva, a
través de la comunicación de sus sentimientos y los problemas en conversación
estructurada y guiada por el terapeuta, luego un diádico de juego y otro más de
juego libre.
ü Aprender a identificar los
estados emocionales positivos y negativos y
además relacionar estos sentimientos con situaciones de sus propias
vidas.
ü La figura paterna aprenderá a
responder a los sentimientos negativos de una manera sensible y apoyadora de
forma que el niño reciba comprensión y aceptación ante estos sentimientos.
ü Aprenderán estrategias para
la resolución de problemas.
ü Aprenderán a tener
actividades disfrutables por ambos.
ü Y por último a que el hijo, con
la seguridad del apego y comunicación afectiva, sea capaz de translaborar
traumas y conflictos del pasado.
Es
vital para cada se humano, inclusive adulto, desarrollar apego positivo, ya sea
con padre biológico, con el padre adoptivo
u otro cuidador.
Si
el padre por su parte tiene limitaciones cognitivas, de personalidad o
emocionales, se puede requerir sesiones individuales colaterales con el padre
respectivo antes de dar inicio a las sesiones de manera conjunta con su hijo.
El juego consiste en tres
etapas:
1. 1. Conversación:
La
figura paterna y el hijo se sientan cara
a cara, para facilitar el contacto
ocular.
Una
de las dos personas comienza “Que sucedió
esta semana que te hizo sentir bien/mal?” Dependiendo de si usan los sentimientos
buenos o malos primero, así seguirá la otra persona, preguntando al otro sobre
el mismo. Luego de esto se hablara de
los sentimientos contrarios de los que falta hablar.
El
objetivo:
-Identificar los sentimientos
y su enlace a las situaciones antes que los propios problemas.
-Crear un plan pro solución a
los problemas: Luego de hablar de los buenos y malos sentimientos ya puede
hablarse de los problemas identificados, donde se utilizan procedimientos de
resolución de problemas, modelamientos, retroalimentaciones o instrucciones
conductuales, para identificar el problema desde la perspectiva de ambos, padre
e hijo, ambos inspiran ideas de pro solución y luego llegan a un plan de mutuo
acuerdo para solución del problema o sentimientos negativos si esta fuera
necesaria.
El
niño puede sentirse mala persona y debe diferenciar entre eso, entre sentirse
mal o tener un padre que se siente mal o con expectativas diferentes. El
terapeuta debe brindarle guía al padre manera apoyadora también en su propio
comportamiento y para poder ir comprendiendo el porqué de la manera de actuar
de su hijo. El terapeuta observa las necesidades y capacidades de cada
individuo.
Cuando
el terapeuta crea la diada está capacitada para “jugar el juego” de manera
constructiva puede disminuir la estructura y pasar al juego.
2. 2. Juego diádico
Se
trata de participar juntos en un juego interactivo fácil, pudiendo ser dibujar una imagen de un garabato hecho por el
otro, jugar con arcilla o armar un rompecabezas. La actividad es elegida por
consenso.
En
casos el terapeuta puede servir de modelo al padre en las primeras sesiones. En
este paso ya no se trabajan los problemas que la diada tenga, si tratan de
mencionarlo se les puede informar de la importancia del juego diádico.
Si
el hijo se resiste, puede ayudar que el padre hable de cómo cree que este se
sintió en determinada situación para luego pedir esclarecimiento o confirmación.
Si el niño primero necesita realizar su juego como procesamiento de
sentimientos y acontecimientos, es importante siempre abarcar el disfrute
reciproco aun por un breve momento.
El
terapeuta en esta fase puede observar el patrón similar al de interacción en el
hogar.
3. 3. Juego
libre
El
niño participa dentro de un juego libre que le ayuda a liberar el estrés
emocional de todo el proceso.
No hay comentarios: